Las ciudades del futuro tendrán que acoger cada vez a más habitantes y consumir menos energía. ¿Será esto posible?
Actualmente, vivimos en la Tierra más de 7.000 millones de habitantes. En 2050 es probable que superemos los 9.000 millones, y 8 de cada 10 personas vivirán en las ciudades. Esto quiere decir que se necesitarán muchas viviendas para alojar a todo el mundo. Pero esto plantea varios problemas.
El primero es que hay que solucionar la densidad de población. Hoy en día las poblaciones, grandes y pequeñas, crecen a costa de los campos. Pero esto no puede seguir así, ya que cada vez serán necesarias más tierras para cultivar y alimentar a toda población.
Con el aumento de las ciudades se plantea otra dificultad: los transportes. Las distancias serán cada vez más largas y el tiempo que se invierte en los desplazamientos será mayor, además se necesitarán más carreteras y la producción de contaminación será insoportable.
Las reservas de combustible se están agotando y hay que encontrar soluciones. Además, a mayor número de habitantes, más energía se utiliza, y más contribuye al efecto invernadero. Para luchar contra la contaminación, administrar bien nuestras reservas energéticas, es necesario que las construcciones cumplan determinados requisitos ecológicos ya que los edificios emiten parte de las emisiones de dióxido de carbono. El objetivo sería construir una ciudad que respete el medio ambiente, que no contamine y que no malgaste los recursos naturales.
Un ejemplo de ciudad que respete el medio ambiente
Uno de los principales objetivos es crear barrios evitando los desplazamientos largos y sin degradar el medio ambiente. El otro problema es hacer frente a la falta de espacio.
Ecobarrio. Los edificios no son muy altos y los espacios verdes abundantes, se trata de un lugar acogedor en el que la gente vive según los principios de la solidaridad. Los habitantes comparten todo y organizan su vida en común: el cuidado de niños, el uso de los jardines, los medios de transportes… Esta organización colectiva influye en las viviendas convirtiéndolas en ecológicas. Así, se aprovecha el agua de lluvia, la basura se recicla y la calefacción procede de los paneles que recuperan la energía solar. Los automóviles se usan solo para desplazamientos exteriores en el barrio todos van a pie o en bicicleta. El primer ecobarrio nació en Londres, en BedZED, en el año 2.000.
Una ciudad vertical. Hemos inmensos rascacielos que se levantan en las ciudades modernas. Pero estos rascacielos son diferentes, en su interior hay oficinas pero también viviendas, comercios, calles interiores, cines, teatros, centros de ocio… Su objetivo es recrear una verdadera ciudad con todo lo necesario. En esta pequeña ciudad no hay largos desplazamientos, donde los vecinos se conocen y conviven. La ciudad vertical podría ser una solución a la necesidad de acomodar a una población que está en continuo crecimiento. Un pequeño problema: ¿quién podría vivir las 24 horas en el interior de un edificio? Además, ¿sería accesible para todos, fuera cual fuera la situación económica? Actualmente ya hay algunos proyectos, dentro de cinco años edificios de unos 150 metros de altura construidos según estos principios darán la luz en Marsella, París y Lyon.
Nuevos territorios. La ciudad no puede seguir extendiéndose sin fin. Ya no hay más espacio para albergar a todos. Por eso se buscan nuevos territorios… como el mar. La ciudad flotante es totalmente autónoma: produce su propia energía, sus alimentos y aprovecha el agua de la lluvia. Esta ciudad flotante está inspirada en el proyecto Lilypad del arquitecto belga Vicent Callebut y podría ser una realidad en 2100.
Bosque de rascacielos. Nada como fantásticos rascacielos para sorprender a las otras capitales y atraer a turistas. Pero en Europa no se necesitarán estos bosques de rascacielos para acoger a todos los habitantes. Para posibilitar que se pueda vivir y trabajar agradablemente en ellos, los arquitectos trabajan en proyectos de 30 a 40 plantas. En cambio, en los países en vías de rápido desarrollo o donde la superficie es limitada, probablemente se vean en la necesidad de construir bosques de rascacielos. En China, la India, Brasil o Japón, los rascacielos inmensos tienen mucho fututo... si la gente puede pagar su coste. Para 2020, la ciudad de Shanghái (China) proyecta unos rascacielos de 1.200 metros de altitud, es decir, aproximadamente unos 300 pisos con una capacidad para 100.000 habitantes. Actualmente el rascacielos más alto del mundo es el de Burj Dabau, que alcanza los 818 metros.
Estos rascacielos presentarán unas rejillas a modo de doble piel que sirve para conservar la calefacción y la refrigeración. Los pisos giratorios serían muy útiles, pues podemos cambiar las vistas pulsando un mando.
Altura razonable. Un apartamento que es como una casa, arbustos en las terrazas… En la ciudad, estos pequeños inmuebles hacen compatibles dos deseos: vivir como en el campo y al mismo tiempo cerca de los comercios, de los centros de ocio y del trabajo. Construir nuevos barrios en las afueras de las ciudades no es la solución al aumento de la población. En lugar de eso, se utilizará todo el espacio disponible en el núcleo urbano, aunque los edificios tendrán una altura razonable. Actualmente ya se han construido barrios así como en Freiburg im Breisgau (Alemania).
Facilitar los desplazamientos. Unir eficazmente los diferentes barrios entre sí es unos de los desafíos más complicados de las ciudades del futuro. Se construirán enormes estaciones de tal manera que todos los medos de locomoción disponibles confluyen en ella: tren, tranvía, metro, autobús, coches eléctricos y bicicletas. Gracias a estas estaciones se puede ir rápidamente de un lugar a otro, sea cual sea la distancia, sin utilizar el coche particular que contamina las ciudades. Las grandes ciudades han emprendido ya la política de los grandes intercambiadores: París, Londres, Berlín, Milán, Shanghái y, también Madrid. Esto iría acompañado de un parking gigante para bicis y coches.
Los coches eléctricos inundarán las carreteras para realizar pequeños desplazamientos. Los autobuses se convertirán en dirigibles de helio para transportar personas. Otra alternativa para el transporte de pasajeros sería el tren monorraíl que evitaría la construcción de nuevas carreteras o el tranvía que su construcción es menos cara que la del metro y su uso es más agradable.
Las azoteas además de huertos tendrán una gran cantidad de paneles solares que proporcionarán una calefacción ecológica gracias a los rayos del sol.
Los sistemas de ventilación son una buena idea para consumir menos energía.
La energía eólica se convertirá en una de las más utilizadas por su limpieza y bajo coste gracias al viento. El motor eólico proporcionará toda la energía que el rascacielos necesita.
Hay publicidad por todas partes incluso por el aire. Presentan unos panel publicitarios inteligente que detecta la personalidad y muestra mensajes según sus características.
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