Los piercings y los
tatuajes en menores de edad son cada vez son más frecuentes en nuestro país,
pero sin embargo en otros como México se han prohibido a no ser que lleven una documento
firmado por sus padres que les autorice. Según unas encuestas en México se hacen a la semana unos 7.000 tatuajes y piercings,
pero el problema reside en que el 85% de las 150.000 personas que se dedican a
estas prácticas trabajan de forma ilegal. Muchas personas se dirigen a estos
establecimientos ilegales por ser más económicos, pero no se dan cuenta del
grave riesgo que conllevan ya que la higiene no es la adecuada, y un tatuaje
hecho de forma incorrecta puede causar infecciones o enfermedades como hepatitis
B o el sida.
Desde la antigüedad los
tatuajes y los piercings han formado parte de nuestra cultura. Las diferentes
tribus del mundo adornaban sus cuerpos con estos elementos mostrando a través
de ellos su poder. Pero en la actualidad han cambiado mucho y se mueven según
las modas. Mucha gente opina que estas personas tienen un bajo autoestima, pero
yo creo que están mostrando su identidad.
Una técnica mal
empleada puede causar graves infecciones. Por eso hay que acudir a lugares
profesionales y regulados por Sanidad a fin de evitar cualquier tipo de
complicación. La población que carece de recursos económicos no asiste a estos
centros debido a sus elevados costes y prefieren ir a unos lugares más
económicos en los que la higiene es deficiente y los riesgos son mayores. Desde
mi punto de vista debería de estar subvencionado en el Sistema de Sanidad
público para que los costes en lugares profesionales sean más bajos y la gente
se lo pueda permitir evitando asistir a sitios ilegales.
En los menores de edad
yo pienso que tanto los tatuajes como los piercings deberían realizarse bajo
autorización y supervisión de los padres o tutores. A pesar de que afirman que
80% de los adolescentes tatuados se arrepienten, creo que se puede arrepentir
tanto un menor de edad como una persona adulta, ya que puede llegar el momento
en el que no nos sintamos identificados con el tatuaje y decidamos
retirárnoslo.
Actualmente en la
sociedad no existe igualdad, pues los jóvenes con tatuajes son discriminados y
no se les juzga por sus conocimientos sino por su apariencia física. La única
forma de cambiar esto es contratar a las personas por sus habilidades por lo
que prohibir los tatuajes no es una buena idea para el progreso.